IU solicita ‘reconocimiento’ para Miguel Sarabia tras la masacre de Atocha en Logroño

Portomeñe presenta en Logroño La Matanza de Atocha, donde afirma que en la transición «primó el patrón de cambiar todo para cambiar nada»

La diputada de Izquierda Unida, Henar Moreno, ha pedido hoy, en vísperas del 48 aniversario de la Masacre de Atocha, tanto al Gobierno de La Rioja como al Ayuntamiento de Logroño que «reconozcan» a Miguel Sarabia, un logroñés superviviente de este atentado.

En la masacre de Atocha de 1977, cinco abogados laboralistas del Partido Comunista de España y Comités Obreros fueron asesinados por un comando de extrema derecha en un ataque al que sobrevivió Miguel Sarabia; «Un logroñés que lamentablemente todavía no hemos hecho reconocer a la ciudad», se quejó Moreno.

El responsable de Izquierda Unida quiso justificar el papel de los abogados laboralistas en la rueda de prensa de presentación, en Logroño, del libro «La masacre de Atocha y otros crímenes de Estado». Anatomía de la transición» con su autor, Carlos Portomeñe, así como con Joaquín Recio, coordinador de la editorial responsable, Atrapasueños.

Un libro, dijo, que va mucho más allá de la Masacre de Atocha y se convierte en un «reconocimiento histórico y documentado del papel que algunos desempeñaron en la transición que no termina con la llegada de la democracia».

Moreno se refirió tanto a ese atentado como al asesinato de Arturo Ruiz ese día como hoy de 1977, así como a «tantos otros que dieron su vida por la democracia».

«Por esta democracia que disfrutamos ahora. No sabemos si durará mucho, porque después de la llegada de Trump al poder, hay algunos que ya estamos empezando a temblar», lamentó.

Por su parte, Recio confirmó que los abogados asesinados en la Masacre de Atocha eran comunistas; «Quiero decir», señaló, «Franco murió hace cincuenta o cincuenta años, pero el franquismo no está muerto».

Por eso, ha apuntado, «celebrar los cincuenta años de la muerte de Franco puede estar muy bien, pero el año 77 empezó con la matanza de enero y acabó con la matanza de diciembre», con el asesinato de Manuel José García el 4 de diciembre en Málaga.

UNA «VENTANA A LA VERDAD»

«El 77 fue un año especialmente difícil, de masacres, de torturas por parte de la Guardia Civil y de lo que quedaba de la Policía Armada, es decir, de los juicios a una dictadura que no desaparecería», ha afirmado.

El responsable de la editorial destacó la necesidad de que el mundo editorial se centre «en arrojar luz donde no la hay», que es, consideró, precisamente lo que se hace en este libro, después de nueve años de investigación: «Abre una gran ventana a una verdad que necesitaba ser descubierta en sus ochocientas páginas.»

En este sentido, ha subrayado que no hay que pensar que porque la extrema derecha que está presente en estos momentos es «bonita» y «no tiene la cabeza rapada y botas militares, es una extrema derecha menos violenta» porque «la tecnología «. es violento, la manipulación es violencia, la pobreza es violencia”.

El libro, explicó su autor, revisita la masacre de Atocha tras el juicio de 1980, después de que los abogados de la acusación particular «sufrieran grandes obstáculos para poder investigar» y celebraran una rueda de prensa con «una frase lapidaria» como «los autores intelectuales de este el crimen nunca se sabrá».

La idea del libro es «analizar la transición y hacer casi una autopsia para entender qué está pasando ahora», explicó.

«Al final lo que triunfó fue el modelo reformista casi lampedusiano de cambiarlo todo para cambiar absolutamente nada, y eso es lo que estamos viendo ahora con el Consejo General de la Magistratura y la propia monarquía».

El autor afirmó que lo que recoge es «esa idea de que nos dieron una democracia que nos dijeron que se nos dio cuando era una democracia conquistada y se conquistó en la calle y en los lugares de trabajo y con la lucha de miles y miles de personas». . gente.»

Portomeñe se refirió al asesinato del joven Arturo Ruiz y a la impunidad de su autor material que pudo encontrar tras una investigación cuando fue buscado y capturado, para mostrar un caso «muy claro» que, si bien se toman medidas para la memoria , como sería la ley, «en realidad en la práctica es la propia justicia, el propio sistema judicial el que la deja letra muerta».

«Tenemos una clara impotencia por parte de las víctimas y las familias que debe corregirse», afirmó.

FUENTE

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *