La economía española ha experimentado un crecimiento del 2,5% en el último trimestre, superando las expectativas de los analistas. Este aumento se debe en gran medida al incremento en las exportaciones de bienes y servicios, así como a la sólida demanda interna.
El sector de la construcción ha sido uno de los principales impulsores de esta expansión, con un crecimiento del 4,8% en el mismo periodo. Por otro lado, el consumo de los hogares ha aumentado un 2,3%, reflejando una mayor confianza de los consumidores en la economía.
En cuanto al mercado laboral, la tasa de desempleo ha disminuido al 14,6%, el nivel más bajo en los últimos cinco años. Esto se traduce en la creación de más de 350.000 puestos de trabajo en el último trimestre, principalmente en sectores como el turismo, la hostelería y las actividades administrativas.
A pesar de estos datos positivos, los expertos advierten sobre los riesgos de una posible desaceleración económica en el futuro, debido a factores como la incertidumbre política a nivel nacional e internacional, así como a la volatilidad de los mercados financieros.
En resumen, la economía española muestra signos de fortaleza y crecimiento, impulsada por el aumento de las exportaciones, la mejora en el mercado laboral y el incremento en la demanda interna. Sin embargo, es importante estar atentos a posibles riesgos que puedan afectar esta tendencia positiva en el futuro.
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